jueves, 20 de octubre de 2011

Merito a Balseiro


“Toda la experiencia histórica confirma esta verdad: el hombre no habría logrado lo posible sino hubiera intentado una y otra vez alcanzar lo imposible.” Esta frase de Max Weber, sociólogo alemán, permite sintetizar el camino que ha transitado la ciencia mundial a lo largo de la historia.
      En los últimos años del siglo XIX se creía que la física, como disciplina teórica, se encontraba prácticamente terminada. Sin embargo, esta física, a la que se suele llamar física clásica, resulto insuficiente para explicar el comportamiento de los átomos y sus componentes y los nuevos descubrimientos astronómicos: la física clásica, útil para describir el entorno directamente observable, no era aplicable para interpretar el mundo subatómico y el cósmico. Pero como la ciencia no se detiene, pronto surgieron nuevas teorías para explicar lo inexplicable: la teoría de la mecánica cuántica pudo descifrar el comportamiento de las partículas elementales de los átomos, y la teoría de la relatividad permitió interpretar el Universo que llegaba a través de los telescopios. Así, surgía la nueva física que, en vista del nuevo milenio, pronto llegara a formar parte de la física clásica.
En la primera mitad del siglo XX, mientras que estas teorías se consolidaban en el mundo, la Argentina aun no contaba con un centro de investigaciones físicas, y la física nuclear era un suelo lejano para los científicos Argentinos de la época. Entre ellos se encontraba el doctor José Antonio Balseiro (1919- 1962). Este físico nuclear se contactó con científicos europeos, especialistas en su disciplina, y fue becado para trabajar en física nuclear en la Universidad de Manchester. Así pudo ampliar sus conocimientos y luego transmitirlos a sus alumnos cuando regreso a su país. En 1955 se creó el  Instituto de Física Nuclear, en Bariloche, que fue dirigido por Balsero hasta su muerte. Sin duda, la labor de este científico permitió el surgimiento de la investigación física en Argentina.


Maffia, Florencia.

Derechos humanos y SIDA

El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es una enfermedad casada por el VIH. El material hereditario de este virus está compuesto por dos moléculas simples de ARN. Cuando ingresa a una célula, se forma ADN viral y este se integra al ADN celular. De este modo, puede utilizar a las células para sintetizar sus propias moléculas y formar nuevos individuos.

El VIH produce un grave deterioro en el sistema inmunológico debido a que infecta principalmente a los linfocitos, células que se encargan de la defensa del organismo.

El gran desafío de la comunidad es lugar contra este virus, y al mismo tiempo, defender los derechos humanos de las personas que viven con VHI, protegiéndolas de la discriminación, que muchas veces se debe a la ignorancia, el perjuicio y el miedo. La ley protege a todos los individuos  por igual. Por ello personas que viven con VIH o que padecen el SIDA no deben sufrir discriminación de ningún tipo.



  • Tienen derecho a formar una familia
  • Si viven con VIH o han desarrollado SIDA, tienen derecho a recibir información sobre su padecimiento, sus consecuencias y tratamientos a los que pueden someterse. Tienen derecho a servicios de asistencia médica y social que tengan como objetivo mejorar la calidad y tiempo de vida.
  • En ningún caso pueden ser objeto de detención forzosa, aislamiento, segregación social o familiar por vivir con VIH o haber desarrollado SIDA.
  • No están obligados a someterse a la prueba de detención de anticuerpos del VIH ni a declarar que viven con VIH o que han desarrollado el SIDA
  • Las personas VIVEN con VIH, no SUFREN el VIH o TIENEN SIDA.
  • No pueden restringirse su libre tránsito dentro del Territorio Nacional.
  • No se les puede privar del derecho a superarse mediante la educación formal o informal que se impacta en instituciones educativas privadas.
  • Para que una persona portadora de VHI transmita su enfermedad a una persona sana tienen que a ver un contacto entre ambos torrentes sanguíneos o intercambio de fluidos mediante una relación sexual no protegida. El VIH no se contagia por los ojos, ni con una caricia, ni con un abraso.
  • Tienen derecho a morir con dignidad y a recibir servicios funerarios conforme a sus creencias.


    MAFFIA FLORENCIA